Consejos para que tu hijo coma de todo

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Una vez que ha finalizado la etapa de lactancia materna, incorporar nuevos alimentos en la dieta de nuestro retoñito puede suponer todo un problema, ya que para él será una nueva experiencia. Posiblemente, al comienzo no acepte probar otras texturas más sólidas.

Conseguir este objetivo es una de las tareas que más preocupan a los padres, especialmente a los primerizos, que no saben en muchas ocasiones cómo lograr que su hijo deje de rechazar las comidas. En este sentido existe una serie de pautas esenciales para obtener los resultados buscados, que van desde los propios objetos usados para alimentar al niño, hasta la conducta que es necesaria tener para transmitir un mensaje positivo al bebé y  así obtener de él el fin buscado, es decir, que se adapte a una dieta más variada y rica en nutrientes esenciales.

  • Dale poco a poco los alimentos sólidosAprender a comer después de haber succionado a través del pecho o el biberón, no es tarea sencilla, por lo que es necesario empezar a desarrollar sus músculos orales progresivamente a través de la nutrición, comenzando con  productos más blandos y ampliando  la variedad de texturas que      necesite el bebé.
  • Escoge un plato adecuado. A los niños les atraen los colores. Un plato con dibujos e imágenes llamativos, conseguirá que  se sienta más predispuesto a comer con el contenido de éste. Del mismo modo, un plato hondo será siempre una opción más      factible para la comida que uno plano, ayudándolo en la tarea de introducir la cuchara. Cabe destacar además, que el asiento es importante,  por lo que será necesario obtener una buena sillita para que tu niño esté  cómodo.
  • Dale buenos ejemplos. Los infantes aprenden por imitación, por lo tanto consumir frutas y verduras frente a ellos, y sustituir centros de mesa de caramelos por otros      tentempiés de frutos secos, enviará un mensaje positivo al pequeño.
  • No comer entre comidas. Un error muy habitual en las comidas familiares es no incorporar al bebé a la hora de comer de los adultos. Este hábito, tan común, manda un  mensaje equivocado al menor. El niño puede sentir que su alimentación va aparte y es diferente, y por tanto, que puede ser escogida libremente por él  según sus preferencias. Está demostrado que los bebés y niños que comen con los adultos ingieren a la larga alimentos más variados y saludables.
  • Sigue el proceso adecuado. Si quieres que tu hijo aprenda realmente a comer de todo el proceso perfecto para conseguirlo es: Decirle que un alimento es muy rico y explicarle animadamente qué es, sentarse a su lado e ir  dándoselo poco a poco, en pequeñas cantidades. En caso de que lo rechace,  vuelve a intentarlo después de cinco minutos  y siempre en actitud tranquila. Si aún no lo acepta, sácalo de su sillita y haremos  como que la comida ha terminado, volviendo a repetir el proceso a los      cinco minutos. Si a pesar de ello no come, no volveremos a darle alimento  hasta la siguiente comida, aunque él lo pida, consiguiendo que poco a poco  que  comprenda el horario de las comidas. No debemos preocuparnos si no come durante una ingesta, ya que su cuerpo está preparado para los ayunos y puede llegar a pasar de noche      incluso doce horas sin comer, por lo que no repercutirá en su salud saltarse una comida, pero sí en su educación nutricional.
Fuente: www.corotos.com.do
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